30 de agosto de 2011

Irene estuvo aqui

La semana pasada, la tormenta-huracán Irene pasó por Puerto Rico.  A su paso dejó más de 20 pulgadas de lluvia,  miles de personas sin servicio de agua o electricidad, ríos fuera de su cauce, derrumbes, inundaciones, carreteras intransitables, además de perdidas cuantiosas para la agricultura, los negocios y familias.

Periódico El Nuevo Día

En casa nos preparamos antes de la tormenta.  Recogimos los tereques sueltos que podían salir volando con el viento.  Amarramos el techo de madera de la terraza.  Las fresas y los cactus los pusimos dentro de la casa.  Los tiestos de las orquídeas y otros colgantes los pusimos en el suelo dentro de la jardinera.  Los tiestos pesados quedaron todos juntos en una esquina de la terraza.    Guardamos la lancha y los carros en la marquesina.  Compramos agua embotellada y nos pusimos a esperar a que llegaran los vientos de 70 mph pronosticados.

Periódico El Nuevo Día

El centro de Irene entró por el sureste de la isla como tormenta y salió por el norte como huracán categoría 1.  Donde vivo, comenzamos a sentir los vientos fuertes sostenidos cerca de las 2 de la madrugada.  De 3 a 4 de la madrugada sentimos la calma del "ojo" y luego comenzaron nuevamente los vientos fuertes en dirección contraria.  En la mañana salió el sol.  Sin embargo, durante el día comenzaron las lluvias que traía el sistema en su "cola".  Llovió hasta el otro día causando numerosos estragos.

Lluvia (pulgadas)
US National Oceanic and Atmospheric Administration

Mi familia fue afortunada.  Estuvimos sin servicio de agua y electricidad varios días y perdimos algunos alimentos.  Fuera de eso no tenemos nada que lamentar. En el patio los gandules y el limonero fueron tumbados por los vientos y lluvias.  Ya los levantamos y los amarramos.  El resto de las plantas estaban en buen estado.  Podamos varios de los árboles frutales para que el calor del sol ayude a secar la tierra mojada en exceso y además facilitar las tareas de desyerbar y abonar.

guayaba
carambola


limón

Irene siguió su viaje hacia el norte afectando la Costa Este de los Estados Unidos, incluyendo la costa de Nueva Jersey donde vive mi hermana. Gracias a Dios ella está bien y no tuvo perdidas graves.