31 de octubre de 2010

Buscando guayabas ando yo

Psidium guajava
Cuando niña, mis primos y yo trepabamos el monte que había frente a casa de Titi Iris en La Aldea en Bayamón en busca de guayabas.  Un día nos encontramos con un toro enorme y negro de frente.  Echamos a correr monte abajo y no me acuerdo de nada más.  El monte ya no existe, porque el cemento le ganó la batalla... pero mi gusto por una guayabita madura y rosadita sigue intacto.  

Me gusta dejar que se maduren en el árbol, pero no puedo darme ese lujo.  Si no las cosecho cuando se ponen color verde limón, los pajaritos se las comen.  No los culpo, porque son sabrosas.  Este palito de guayabas que tengo en mi patio, lo conseguimos en la Estación Experimental de la Universidad de PR y tardó unos dos años en parir.  Da pocas guayabas, pero grandes! 

Así que trato de darle una miradita al palo a menudo para recoger las que están casi amarillas y las dejo madurar en mi cocina.  De vez en cuando se me escapa alguna  a la vista y los pajaritos, y no se que otro animal, hacen fiesta.  Entonces se las dejo...ellos tambien tienen que comer.



25 de octubre de 2010

Cada cual a lo suyo





Esta vida de gatas y conejas es una maravilla. 





  

No hacen mas que comer, dormir, pasear por el patio, hacer cuevas, intertar atrapar lagartijos o pajaritos, velarse unas a otras, treparse a los árboles, aruñar los troncos y en el caso de la coneja morderlos.  


      
No sólo tenemos una verja de alambre en el huerto jardinera, sino que tambien hemos tenido que cercar los troncos de los arboles para evitar que los muerda.

7 de octubre de 2010

Porque a los 96, que se puede perder?

Frente a mi casa, en un pedacito de espacio verde común, hay un flamboyán rojo.  El árbol sufrió mucho durante el huracán Georges y además tiene comején.  Aún así, tiene una copa bien frondosa y cada verano nos regala un espectáculo, ya que se llena totalmente de flores.  Sin embargo, entre el comején, y las hojas y flores que caen, hay varios vecinos que quieren que el mismo sea cortado.  

No les voy a contar de los dimes y diretes a favor y en contra, porque no vale la pena.  Lo que si vale la pena es contarles sobre el esfuerzo de mi vecino de 96 años por salvar el árbol que ha estado en esa calle desde siempre y que como el dice "ha cobijado fiestas de vecindario y dado sombra a los niños que juegan en esa esquina de la calle".

Don Vari se fue a conversar con casi todos los vecinos para informarles que el iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos para eliminar el comején y evitar que cortaran el árbol.  Quien le dice que no a una persona de 96 años y que además es un excelente vecino. 

Reclutó un comité de ornato, como le llamó una de las vecinas, y limpiaron el área de piedras y basura.  Retiraron las bromelias que tenía en la base del tronco, y una cheflera enorme que había crecido dónde el tronco se divide en ramas, porque según el, por ahí se aloja el comején.  Dirigió el corte de las ramas que el entendía debían ser cortadas, ya fuera porque estaban secas, maltrechas, muy bajitas o muy largas y así logró darle una forma muy bonita a la copa del árbol. 

Estuvo semanas desbaratando con una vara bien larga las dos bolas de comején y los túneles que hace este insecto.  Dedicó muchas mañanas a sacar la yerba mala y sembrar grama de la buena, y hasta cercó el área para que nadie pisara la grama que estaba creciendo.

Ha pasado un año y no sabemos si alguno de los vecinos haya solicitado al gobierno los permisos para cortar el flamboyán, al menos no hemos sido entrevistados al respecto.  Don Vari sigue desbaratando los túneles del comején porque no ha podido acabar con el mismo, mantiene en buen estado la grama que sembró, se sube a una camioneta a podar las ramas muy bajitas y en las tardes de mucho calor se sienta a leer bajo la sombra y al fresco del árbol que decidió salvar.  Yo lo miro de lejos y le doy gracias a Dios por permitirle esa alegría.

5 de octubre de 2010

LLueve y no para de llover

Me gusta la lluvia!  Especialmente cuando me puedo sentar a verla caer con mucha tranquilidad y sin prisa.  Es cierto que a veces quisiera que no lloviera tanto y que saliera el sol, pero ni modo, yo no puedo controlar a la  Madre Naturaleza.


llueve y no escampa from enid on Vimeo.